
En mi caso voy a contaros cómo hacer croquetas de jamón pero el mecanismo es el mismo para el relleno que se quiera: níscalos, de los que tenemos guardados de hacerlos en conserva, pollo, carne guisada que nos haya sobrado, carne del cocido, bacalao, incluso ¡restos de albóndigas!
Por cierto, sobra decir que el doble rebozado no lo practico. Confío en que Corcho os asesore en este tipo de manera de envolver croquetas.
Ingredientes (para 15-20 unidades, dependiendo del tamaño)
Para la bechamel
Dos o tres cucharadas grandes de margarina
La misma cantidad de harina (es muy importante que sea la misma!)
Agua
Leche
Para el relleno
Jamón picadito
Huevos cocidos picaditos
Para rebozar y freír
Pan rallado
Un huevo
Aceite
Elaboración
En una sartén grande y plana se deshace la margarina y se rehoga bien la harina sin que se queme pero tampoco que se quede cruda.
A continuación se baja el fuego a media potencia y añade medio vaso de agua y se deshace bien (mejor con una varilla para batir de plástico) la mezcla de harina y margarina en el agua. Una vez disuelto, se va añadiendo leche (mejor si es leche del tiempo y no de la nevera) y deshaciendo todos los grumos que vayan quedando. Hasta que no vaya quedando fina la mezcla, ¡no sigáis añadiendo más leche!
Una vez conseguida la textura deseada, más bien espesita, no os paséis de líquido que luego si no será complicado envolver las croquetas, se añade el relleno (en nuestro caso el jamón y el huevo cocido), se sala (ojo porque el jamón ya es salado) y se retira del fuego.
Por cierto, la bechamel estará hecha cuando, al pasar la cuchara por el borde de la sartén, la masa tienda a despegarse de las paredes y vaya ya cogiendo textura menos de líquido y más de sólido (sé que me explico regular pero seguro que al final me entendéis).
Se extiende la masa en una bandeja plana y larga y se deja enfriar. Una vez fría, se mete en la nevera hasta el día siguiente. Es importante saber si voy a tener tiempo de rebozarlas después, pues la masa enseguida se estropea aun estando en la nevera.
Lo dicho, al día siguiente montamos nuestro kit de rebozado.
Batimos un huevo en un plato y al lado otro con pan rallado.
La idea es la siguiente: coger un trozo de la masa, del tamaño que nos parezca, la pasamos por el huevo y después por el pan. Le damos forma. Igual no os resulta muy fácil al principio porque cuanto másfría esté la masa y más “contundente” hayáis hecho la bechamel, más fácil será. Sin embargo, por otro lado, si la masa es muy “gorda” estará menos jugosita. ¿Quién dijo que una receta tan sencilla como la de una croqueta iba a ser fácil’
Así que, estábamos rebozando y dando forma a las croquetas. Pues eso. Las vamos envolviendo y poniendo en otro plato.
Una vez acabada toda la masa, tendremos unas 15 ó 20 croquetas dependiendo del tamaño que hayáis elegido. Basta freírlas en abundante aceite caliente y sacarlas a papel de cocina para escurrir el aceite sobrante.
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