Nuestras madres, herencia de nuestras abuelas, son las mejores cocineras del mundo. Desde bien chiquinines mi hermano y yo hemos estado oliendo en la cocina mientras mi madre guisandeaba tarde tras tarde la comida del día siguiente.

De todas esas tardes he sacado algunos trucos y recetas de cocina pero, sobre todo, he aprendido que los guisos, cuanto más mimo, más ricos salen.
Hoy os presento las albóndigas de mi madre. No me salen ni la mitad de buenas que a ella pero los que las han probado no se han quejado nunca así que, os paso la receta para que la pongáis también vosotros en práctica.
Ingredientes (6 personas):
- Medio kilo de carne picada (mitad cerdo mitad ternera)
- 2 huevos
- 3-4 dientes de ajo
- Media cebolla grande
- 2 zanahorias (o no)
- 1 pimiento verde y/o rojo (o no)
- Perejil
- Sal
- Aceite
- Pastilla de caldo de carne
- Hoja de laurel (o no)
- Harina/Pan rallado (para el rebozado)
- Un chorrito de leche
- Agua

Elaboración

Mezclarlo todo bien y meter en la nevera hasta el día siguiente.
Un vez aliñada la carne se hacen las albóndigas. Si vemos que la masa está demasiado líquida como para poder manipularla (exceso de leche), añadir un pelín de pan rallado, sin pasarse, hasta conseguir la textura deseada (ver foto).
Vamos haciendo bolitas del tamaño de una pelota de ping pong y las rebozamos solamente en harina o pan rallado (va en gustos) sin pasarlas por huevo. Recordad que el huevo ya estaba en el macerado de la carne.
Freímos las bolitas en aceite y las ponemos en un plato con papel de cocina para quitar el exceso de grasa. Yo suelo aprovechar y utilizo la misma cazuela en la que luego haré la salsa por no manchar dos cacharros.


Lo dicho, cuanto más cuezan y más lento, más blanditas y ricas estarán las albóndigas. Ojo con despistarnos y que se nos peguen. Hay que añadir un poco de agua si vemos que se van quedando sin caldo. En el caso de notar que ya se ha pegado alguna abajo, no intentar raspar la cazuela! De esa manera nos sabría todo el guiso a quemado. Es mejor sacrificar una por el bien del resto, aunque debemos añadir el chorrín de agua que os comentaba.

De acompañamiento os sugiero arroz blanco hervido, sémola cocida (cus cus), una patatas fritas o incluso puré de patata ¡hasta de sobre!

Espero que os gusten y que me comentéis todas las variantes posibles, todas las dificultades que encontréis, sugerencias, etc.
Por cierto, para hacer filetes rusos, el aliño de la carne es el mismo. Así que, si una vez preparada la carne en el frigo y llegado el día de hacerlas no os veis con tiempo y/o ganas de hacer la salsa, podéis simplemente hacer bolas algo más grandes, rebozarlas, aplastarlas para hacer un filete redondo, freirlas y... ¡a comer!
¡Feliz Semana Santa a todos! ¡Qué ganas de comer potaje de mi tia Isabel y torrijas de mi madre!
Las mejores son las de mi madre!!!! Venga... vale... empate entre tu má y la mía.
ResponderEliminarLas hace con almendras y patatas!
Y las patatas se quedan empapadas en la salsita... Mmmmmmmmmm.
Almendras? Contarsen!
ResponderEliminar